domingo, 17 de mayo de 2009

MADRE SOLO HAY UNA

La nota esperaba apoyada en un jarrón falso de porcelana china.Se veía nada más cruzar el pasillo y llegar a la “salita”. Escrita con letra inglesa y sobre cartulina “beig”, daba cierto encanto a la estancia donde todo era azul marino. JoséAntonio la leyó:“JoséA, no te sorprenda si al fin he decidido abandonarte. Eres un hombre bueno, sincero y cabal, de eso no tengo la menor duda, pero los años no pasan en balde y aquel tierno y sincero amor que te profesaba, llegó a su fin. Te he dado los mejores años de mi vida pero ahora quiero vivir el tiempo que me quede, de otra manera. Creo que tengo derecho a ser feliz. Siento decírtelo pero contigo ya no lo era. Eres aburrido, pesado y plasta. No te ofendas no es nada personal. No intentes buscarme, ni encontrar solución a algo que ya está decidido de otra manera. Me he llevado lo más necesario. La próxima semana mandaré a alguien a recoger el resto de mis cosas. Creo que Engracia, tu madre, te cuidará como sólo una madre sabe hacerlo y no notarás mi ausencia, o al menos, no del todo.Te he dejado unas croquetas de bacalao en la nevera. Son como a ti te gustan. Despídeme de tu madre y dile que no me guarde rencor. Viva España, Matilde.

Junto a los enseres personales de Matilde, cuidadosamente agrupadas en una esquina del salón, un sobre. En su interior una carta, escrita a máquina.:“Querida Matilde, he leído tu nota esta mañana al despertarme. Ayer al llegar no reparé en ella. Me hago cargo de todo cuanto dices y al respecto debo aclararte que te comprendo. Yo también te di los mejores años de mi vida y mi amor por ti estuvo por ahí durante todo este tiempo. Ahora todo será diferente. Eres una mujer inteligente, hacendosa y limpia. Encontrarás a alguien que te hará feliz. Estoy seguro. Lo cierto es que como cocinera no tienes rival y si no fuera por lo gorda, vieja y fea, serías el ideal de cualquier “gourmet”. Por cierto, yo también me voy y recogeré mis cosas el sábado. En cuanto a Engracia no es mi madre. Yo siempre creí que era la tuya. De hecho ya estaba aquí cuando nos mudamos, supongo que la casa debe ser suya. Si la ves dile que no me guarde rencor. Tu ex marido JoséA.

”P.D. ¿Qué hacemos con los niños?

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